7 de marzo de 2007

Edición Limitada




Los campos se siembran y dan su fruto: héroes anónimos que dejan sus tierras para enfrentarse al mundo, para luchar desde el anonimato, para perderse y mezclarse en la multitud de cereales.
Se marchan dejando su huella: en el campo un testimonio, en nosotros una actitud.
El campo nos llena de vivencias. Nos enseña sus tiempos. Nos presta sus maneras. Nos aporta una creencia.
Envasamos semillas, vivencias y aire de campo. Y toda esa nostalgia.
Envasamos un testimonio para rendirle homenaje a las cosas que se fueron y a las que vendrán.
Un tributo al campo y a su semilla.
A una forma de vida, a una convicción.


El alimento es cultura.

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